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«La medicina de aquella época de Victoria le debe mucho a mi padre…»

Un día como hoy, veinticuatro años atrás, el 17 de enero del año 2000, partía de este plano el Dr. Marcos Waisesntein, prestigioso profesional de la medicina de Victoria. Su lucha contra la poliomielitis. Su tenáz vocación e indiscutible empatía al enfermo lo definieron. El recuerdo de su hijo, Dr. Carlos Waisesntein.

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Hilda Sosa WWW.ENTRERIOSNOTICIAS.AR

«Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en tí el resorte misterioso de un ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones…custódiala…si la dejas apagar, no se reenciende jamás…»

Palabras aquellas escritas por José Ingenieros, médico, psiquiatra y filósofo del siglo pasado, que bien hacen espejo en el nombre y figura de la salud entrerriana, que hoy ocupan estas líneas, Doctor Marcos Waisesntein; recordado médico afincado desde los albores de su profesión en Victoria, casado con Doña Fanny Doctorovich y padre de Gladys y Carlos, hijo este último, que siguiera sus pasos.

Curiosidades del destino, hicieron que Marcos asomara a la vida un 17 de octubre de 1911, en Villaguay, tierra ésta cuya significancia habla de «tierra de tigres»…

Asi nació en aquella primavera entrerriana, en el Hospital Noé Yarcho de Villa Domínguez, a pocos kilómetros de la mencionada localidad, en dicho establecimiento médico de avanzada de nuestra provincia, el cual porta la bandera de ser la primera institución que funcionara con la llegada de la mayor colonización judía, impulsada por el Barón Maurice de Hirsch, empresario y filántropo, que buscara rescatar familias de la Rusia de los Zares.

Prestigioso médico el Dr. Marcos Waiseisntein, quien junto a otros nombres fueron y son la estirpe y estructura de una idiosincracia sanitaria victoriense, que supo forjarse en sus historias y recorridos de vida; relatada en este caso desde el recuerdo, respeto y reconocimiento de su hijo, el Dr. Carlos Waisesntein. (VIDEO)

Sus inicios, su vocación… «mi padre decía que en Victoria se ejercía una medicina contemplativa»

Con un padre sellado por la rudeza vivida en la rusia zarista que encontrara oportuno reparo en nuestra provincia, donde fuera titular de un almacén de Ramos Generales; el entonces adolescente Marcos, supo desandar sus años mozos en los pasillos del centenario Colegio Nacional de Concepción del Uruguay; para luego sí dedicarse a su vocación por la medicina, logrando obtener su título de médico en 1937.

Año aquel en que decidió radicarse en Victoria, para casarse, formar un hogar y dar rienda suelta a ese espíritu indomable de ansias de saber que le atravesaba y definía.

Bien se puede traer al presente la sapienza que caracterizó al Dr. Marcos, sobre todo en aquellos años de Victoria, donde según sus propias palabras, la medicina era contemplativa, por lo que sus días transcurrían entre el ejercicio de la misma y el constante estudio e investigación científica.

«Mi padre aprendió cirugía general de la mano del Dr. Acebal, nacido aquí y quien fuera uno de los fundadores del Sanatorio Parque de Rosario, según mi padre era uno de los mejores cirujanos, siempre llegaba acompañado de un séquito de gente que lo asistían» relató el Dr. Carlos Waisesntein, en extenso diálogo con nuestro medio.

Claramente uno de los primeros hitos que definió su carrera, fue la fundación del Sanatorio Victoria en el año 1941, junto a los doctores Pedro Radío, Hernán Basaldúa y Carballo; de hecho fue allí donde pudo aprender y llevar a cabo sus conocimientos en traumatología.

Entre 1875 y 1950, el hospital era conocido como la Sociedad de Beneficencia, donde los médicos trabajaban ad honorem, hasta que llegó la estatización de Juan Domingo Perón dirigida a los hospitales del interior del país, fecha desde la cual comenzaron a percibir sueldos los médicos allí apostados; trabjando en el lugar hasta el año 1975, cuando se jubilara, situación que no hizo mella en su ímpetu y férrea actitud sanitaria, ya que su conocido consultorio privado ubicado en el centro de nuestra ciudad, fue ampliamente concurrido por mucho tiempo más.

En su relato, Waisesntein destacó el nombre de Don Francisco Gutiérrez, filántropo de la época que ayudó mucho a su padre en la concreción de muchos proyectos que requirieron de importantes sumas de dinero.

Era tal la necesidad de estudio y crecimiento que imperó en el transcurso de toda la vida de Marcos, que junto a su colega Hernán Basaldúa, resumieron e hicieron traducir el libro sobre Electrocardiografía del autor estadounidense Ary Louis Goldgerber.

Vale destacar, que en el año 1941 Wasesntein junto a su colega Hernán Basaldúa decidieron equipar con un Electrocardiógrafo el policlínico; siendo ésto un gran avance, ya que llevaba 25 años de presencia en el mundo. Sirvió a la comunidad victoriense y región hasta fines de la década de 1960, días en que fue reemplazado por los actuales aparatos portátiles y de reproducción instantánea. (AUDIO)

Su lucha por la epidemia de la Poliomielitis que sacudió a Victoria

Las décadas del cuarenta y cincuenta se vieron empañadas por una epidemia que azotó con fuerza a los victorienses, dejando resabios de aquellos días en el sentir popular y el Dr. Marcos hizo mucho para paliar aquella adversidad; de hecho, oportunamente viajó hasta el Hospital de Niños Gutiérrez de CABA, donde se conectó con dos kinesiólogas australianas, que habían venido desde Australia con un nuevo método «de fomento» para calmar a los daminificados por dicha enfermedad; es más una de ellas vino a Victoria, invitada por él.

«Papá le pidió una sala de lo que a posteriori sería el Asilo de Ancianos al Dr. Pedro Radío, para internar a todos los enfermos, trabajó allí árduamente junto a cien personas; previo a ello, de Victoria llevó a Buenos Aires a tres pacientes de entonces, Coco Mittelman, María Reggiardo y Vicente Mastrángelo»

El mentado tratamiento consistía en someter a los pacientes durante 24 horas, con fomentos húmedos calientes con toallas, en las zonas paralizadas, venciéndose de esa forma al espasmo y dolor muscular que ocurre en la fase aguda, para poder luego movilizar el músculo afectado en forma pasiva, hasta poder el paciente mover por sí mismo dichos músculos. (AUDIO)

Cuando el anestesista de Eva Perón atendía en Victoria junto a Waisesntein

En la década del cincuenta el entonces Jefe de Policía de Victoria Comisario Miguel Ángel Goyenechea, era hermano del Dr. Enrique Goyenechea, anestesista de la entonces primera dama, María Eva Duarte de Perón, que de hecho según se sabía por entonces, era el único profesional en quien confiaba para que la durmiesen, ya en esos días donde la salud no la acompañaba.

Justamente el reconocido medico anestesista operó en varias ocasiones junto al Dr. Marcos, con quien supo tener varias charlas en las que incluso, comentó aquellos momentos en que a Eva Perón se le descubre la enfermedad, previo a una cirugía de apendicitis, de la que participó Goyenechea. (AUDIO)

El legado…»la medicina y el sacerdocio»

Si de herencias hablamos, la dejada al Dr. Carlos Waisesntein por su padre el Dr. Marcos, fue la responsabilidad y seriedad por el ejercicio de la medicina, según expresó implacable a nuestro medio.

«Él siempre decía que para hacer medicina en un pueblo, hay que hacer un poco de sacerdocio, ésto no es sólo por la plata…mi padre se la pasaba encerrado estudiando» subrayó, agregando a sus palabras, un claro sesgo de orgullo y reconocimiento, «mi padre era el corazón del sanatorio, todos le preguntaban a él, la medicina de Victoria de aquella éoca le debe mucho, porque era el hombre de consulta». (AUDIO)

Así fue como esta intensa vida un día 17 de una primavera entrerriana abrió sus ojos…y así fue como un verano de un día 17, partiera dejando grandes bases y remembranzas para el desarrollo y crecimiento de la salud local y provincial.

(Fotos, gentileza del Dr. Carlos Waisesntein a ENTRERIOSNOTICIAS.AR)

Dr. Marcos Waisesntein

Reunión de médicos de Victoria (profesionales a cargo de la salud local entre las décadas 70-80-90)

Dr. Marcos Waisesntein junto al Dr. Dellepiane (izquierda) y Dr. Chiara (derecha)

Dr. Marcos Waisesntein junto al Dr. Figueredo

Libro resumido y traducido por los médicos Marcos Waisesntein y Hernán Basaldúa, de autoría del médico estadounidense Aet Louis Goldberger

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