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Caso Fernando Báez: «el pedido de PERDÓN es un acto de arrepentimiento y reconocimiento de un daño»

Cuatro años atrás los argentinos nos conmovíamos con un asesinato que tuvo su cauce hace un año en la justicia. ¿Cuál es la diferencia entre el pedido de disculpas y el perdón? (AUDIO AL PIE DE LA NOTA)

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Hilda Sosa WWW.ENTRERIOSNOTICIAS.AR

En el verano del 2020 la turística ciudad de Villa Gesell, ubicada en las costas del Mar Argentino, era el epicentro de un caso que conmocionó y sigue conmocionando al país, donde un jóven de 18 años de edad, de nombre Fernando Báez Sosa, era asesinado a golpes de puños y patadas por parte de jóvenes de su misma franja etaria, oriundos de Zárate.

Desde entonces, los padres de Fernando; Silvino Báez y Graciela Sosa, vienen vivenciando el fiel acompañamiento de gran parte de la población, si bien a partir de allí, un sinfín de conjeturas y voces encontradas, han atravesado un caso que claramente, caló hondo en el ser nacional.

Durante los días en que se llevó a cabo el Juicio Oral, los acusados, impávidos y de mirada adusta, sin actitud de arrepentimiento alguna, sino amparados en relatos que hablaban de una “tragedia y mala pasada de la vida”, esperaron una condena, que por cierto fue implacable.

Pero si algo llamó la atención en las pertinentes alocuciones de los acusados por aquellos días “de defensa”, fue una palabra utilizada casi al unísono por todos, al momento en que la justicia les permitía explayarse…”pido disculpas, fue una mala pasada de la vida…”

Incluso los padres de los acusados, según lo transmitido a través de los medios que se encontraban en el lugar, en ningún momento tuvieron una actitud de arrepentimiento ante los padres de Báez Sosa, sólo exponían una y otra vez la adversidad que les interpelaba en sus vidas, a partir del lamentable hecho.
Es más, en un momento determinante del proceso judicial, uno de ellos, tal vez el más implicado y complicado, entre lágrimas y sollozos manifestó “quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien…”

¿No habría sido pertinente, ante semejante atrocidad pedir perdón y no simplemente disculpas? ¿desmerece la gravedad de la misma un pedido de disculpas?; ¿es imperioso aquí un pedido de perdón?.
Para hablar sobre ello y la diferencia que atraviesa y define al pedido de disculpas, respecto del pedido de perdón, desde ENTRERIOSNOTICIAS.AR dialogamos con la Licenciada en Psicología, María Fernanda Azcoitía, presidenta del CAS, Centro de Atención al Suicida Argentina e integrante de la Comisión Directiva de ASULAC, Asociación de Suicidología de Latinoamérica y el Caribe; cuyo expertise nos habla de un camino profesional, recorrido a través de emociones humanas de gran adversidad.

La profesional fue contundente al expresar que el pedido de disculpas difiere esencialmente del pedido de perdón; ya que cada uno se distingue en la manera en que ambos conceptos “se paran” frente a la responsabilidad de una situación, “de hecho un claro ejemplo es cuando una persona se retrasa en la llegada a un lugar estipulado, ahí sí se puede pedir disculpas” expresó, dejando a las claras la perspectiva y compromiso de la significancia de ambas actitudes.

«Pedir perdón es distinto a pedir disculpas, en el perdón además de la sinceridad, se reconoce la responsabilidad de un daño, es un acto de humildad», indicó la profesional, agregando que el mismo, requiere de tiempo y de una gran introspección.

«Existe a la par el otro perdón, el que se elabora internamente, es un trabajo personal, individual y espiritual…el perdón tiene que ver con la reparación hacia el otro, pero también hacia uno mismo, pero sólo si hay conciencia y arrepentimiento», enfatizó, agregando en su relato que al pedir perdón, estamos reconociendo una responsabilidad que nos compete ante el daño a un tercero, “implica sinceridad y un gran acto de humildad, por algo que ofendió, molestó a otro o tuvo graves implicancias, como fue este caso”.

Un espacio que necesita de dos voluntades
Bien podríamos decir que el perdón puede hacer espejo en una moneda y sus dos caras; donde un lado habla de la necesidad de una suma de voluntades para pedir y recibir, donde haya retroalimentación de emociones y por el otro, hay otro tipo de perdón que es el que elaboramos internamente, el cual es un trabajo individual, personal y espiritual, porque tiene que ver con el alma y el reconocimiento de sí mismo.
“Muchas veces es perdonarse a sí mismo o perdonar a otros que ya no están en este plano y asi poder seguir creciendo y evolucionando, claramente muchas veces hay que aceptar que para seguir, hay que perdonar, cuando uno dice te hablo con el corazón en la mano, es la única manera de poder sanar una herida, para eso se requiere una toma de conciencia y un trabajo individual muy profundo.”
En este contexto, Azcoitía hizo referencia además a una corriente dentro de los ámbitos jurídicos donde se trabaja mucho en el perdón de la víctima al victimario y viceversa, el cual es un trabajo muy profundo que conlleva un exhaustivo proceso, ya que es tomado como una herramienta más para poder sanar la herida provocada.

Al finalizar, subrayó que la relevancia que tiene el perdón como reparación es decisoria, no sólo hacia el otro, sino hacia sí mismo, definido como una trascendencia humana y espiritual. (AUDIO )

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