El Gobierno avanza en un acuerdo con el FMI y espera un guiño para tener un alivio de deuda con un “canje climático”
El presidente Alberto Fernández reclamó esta semana avanzar en ese mecanismo. El Fondo Monetario presentaría una propuesta para poner en marcha ese esquema en noviembre. Cómo impactaría en la negociación para un nuevo programa financiero
El Gobierno apuesta a una resolución de las negociaciones con el FMI que incluya algunos de las discusiones que todavía están abiertas en distintos foros internacionales: una reducción de las sobretasas que cobra el Fondo Monetario Internacional a los países que tienen programas financieros con montos por encima de lo que permite su cuota y la posibilidad de que economías de ingreso medio puedan tener un alivio de deuda según su política de protección climática.
Este último tema fue puesto de nuevo sobre la mesa por el presidente Alberto Fernández, que planteó “aplicar la emisión de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI a un gran pacto de solidaridad ambiental, que incluya esencialmente a países de bajos ingresos y de renta media, y que sirva para extender los plazos para atender los pagos del endeudamiento y la aplicación de menores tasas bajo las actuales condiciones estrés sanitario y ecológico”.
El Gobierno asegura que está cerca de un acuerdo con el FMI y busca avanzar en la discusión sobre las sobretasas del organismo y un canje de deuda por acción climática
Lo hizo durante la apertura de la Cumbre Latinoamericana sobre Cambio Climático de la que participó el enviado especial para el Clima de los Estados Unidos, John Kerry; y el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, junto a mandatarios de la región. El mandatario aseguró en ese marco que el acuerdo con el FMI “está cerca” en declaraciones a La Nación.
Desde el Ministerio de Economía prefirieron no agregar más precisiones al ser consultados sobre alguna precisión del estado de situación en la negociación con el organismo. “Con el Fondo, hay un proceso de construcción, de entendimiento. Estamos trabajando para llegar a un acuerdo. Hay un montón de cosas que se negocian y luego de cara a la sociedad lo llevamos al Congreso”, dijo al respecto el ministro de Economía Martín Guzmán en una entrevista televisiva este jueves.
La negociación técnica con el FMI es uno de los obstáculos centrales antes de la resolución del nuevo programa financiero. Ese ida y vuelta, que comenzó desde hace más de un año, versó sobre cuestiones macroeconómicas decisivas como el sendero de reducción del déficit, de acumulación de reservas internacionales en el Banco Central, crecimiento, inflación y un camino hacia adelante sobre los controles de capitales y cambiarios. Esto en el marco de un programa de facilidades extendidas (EFF), que tiene un plazo de repago de 10 años para los USD 45.000 millones que el país adeuda a Washington.
No fueron las únicas cuestiones en debate entre los funcionarios nacionales y el staff del Fondo Monetario. En los últimos meses el Gobierno nacional buscó instalar en distintos foros internacionales, junto con otros países, dos debates paralelos que de alguna manera u otra inciden en el devenir del nuevo programa que firmen eventualmente la Argentina y el FMI. El primero es conseguir que el organismo revea su política de cobro de tasas de interés punitorias para economías que pidan créditos más altos que el 187,5% de su cuota en el Fondo.
“Con el Fondo, hay un proceso de construcción, de entendimiento. Estamos trabajando para llegar a un acuerdo” (Guzmán)
Es el caso de la Argentina, que con el préstamo stand by firmado en 2018 recibió un préstamo que superó largamente esa métrica, lo que según estimaciones oficiales implica una sobretasa que demanda unos 900 millones de dólares anuales extra a la cuenta a pagar con el Fondo Monetario. El Gobierno espera que el directorio del organismo llegue a un acuerdo sobre un recorte a estos cargos como parte del programa que se negocia en la actualidad.
“En octubre, en la reunión anual del G20 se pueden buscar más avances, pero lo tienen que votar los accionistas del FMI. En el último comunicado del G20 se incluyó una línea donde se habló de revisar la política de sobrecargos que le hace mal a los países que tienen préstamos del Fondo en una situación de pandemia. Y que eso nos permita tener un alivio financiero y poder destinar dólares a la producción y no para pagar sobrecargos de intereses al Fondo”, mencionó Guzmán en A24.
Luego se encuentra la discusión que retomó el miércoles Fernández: cómo canjear acciones climáticas por alivio de deuda, un tema que forma parte de la agenda del G20 y el FMI. Según fuentes oficiales consultadas por Infobae, “algunos países –entre ellos la Argentina– están planteando la necesidad de estudiar mecanismos alternativos para fomentar el repago de las deudas de aquellos que no puedan afrontar sus vencimientos, como los canjes de deuda por programas de acción climática”, mencionaron.
“Creando un paralelismo con los mercados de carbono, estas herramientas podrían ayudar a adaptar o mitigar los efectos del cambio climático, a la vez que reducirían la carga de deuda de aquellos países que la implementaran”, explicaron desde la Casa Rosada. El mercado de carbono, en términos simples, funciona con un mecanismo de derechos de emisión que son intercambiados y negociados entre gobiernos, empresas y organismos internacionales, entre otros actores.
En qué principios estaría basado y cómo sería el funcionamiento del canje de deuda por acción climática en términos prácticos es aún materia de debate entre las economías centrales y el FMI
En qué principios estaría basado y cómo sería su funcionamiento en términos prácticos es aún materia de debate entre las economías centrales y el Fondo Monetario, de hecho aún no se presentó una propuesta formal del FMI y el Banco Mundial algo que, se espera, suceda en la Cumbre Mundial del Cambio Climática en noviembre. Consultados por este medio, desde el Fondo Monetario no dieron precisiones sobre ese anuncio.
Por otra parte, su puesta en marcha no aparece como algo sencillo ya que, admiten desde el Gobierno, “este tipo de mecanismos implicarían una compleja coordinación internacional ya que la deuda se encuentra en manos de múltiples acreedores”.
“Diseñar nuevos tipos de canje que sean financieramente viables y estimular la inversión sostenible podrían proporcionar un nuevo modelo para la sostenibilidad de la deuda en el futuro y garantizar un crecimiento a largo plazo, resiliente, sostenible, ayudando además a reducir o compensar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”, consideraron fuentes oficiales involucradas en la negociación internacional.
En esa cumbre climática de noviembre, según el compromiso del BM y el FMI, tendría lugar entonces la presentación de la propuesta del “swap verde” entre deuda y acción climática. “Estaría enfocada en el asesoramiento a los países de bajos ingresos y vulnerables sobre la financiación de actividades climáticas y de conservación, que podría vincular ese gasto a un alivio de deuda”, anticiparon desde el Poder Ejecutivo.
Una alternativa que estudia el FMI es un Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para canalizar DEGs desde las economías centrales hacia vulnerables, entre las que podrían incluirse países de ingreso medio como la Argentina
Una alternativa que estudia el Fondo Monetario es la puesta en marcha de lo que llama un Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad, por el cual podría canalizar su intención de reasignar parte de los Derechos Especiales de Giro (DEG) que repartió a fines de agosto entre todos sus socios desde las economías centrales hacia vulnerables, entre las que podrían incluirse países de ingreso medio como la Argentina.
“Su objetivo principal radica en facilitar la transformación estructural en países con necesidad de liquidez para buscar evitar posibles presiones o crisis de balanza de pagos en el futuro. La lógica reside en poder brindar financiamiento a largo plazo para asistir en términos fiscales y de deuda a los países”, explican desde Gobierno.
“Algunos países –entre ellos la Argentina– están planteando la necesidad de estudiar mecanismos alternativos para fomentar el repago de las deudas de aquellos que no puedan afrontar sus vencimientos”
Es en este punto en que la negociación abierta con el FMI se enlaza con estas discusiones que aparecen como un objetivo a mediano o largo plazo. Sucede que Guzmán busca incluir en el programa financiero nuevo que se firme una cláusula que le permita a la Argentina poder beneficiarse en caso de que en el futuro, mientras esté vigente el acuerdo de facilidades extendidas (EFF), sumarse a un tipo de programa nuevo como sería, en todo caso, el Fondo de Resiliencia, que incluiría condiciones de financiamiento menos estrictas.
Y si bien forma parte de un reclamo de alto perfil por parte del Gobierno argentino, desde el Ejecutivo ponen paños fríos a un avance inminente en esa materia: “Aún no está definido como funcionará el mecanismo y el destino que se le dará, desde temas ambientales, de igualdad de oportunidades a digitalización”, advierten.
El FMI reconoce que debe ser “más sensible” a las consecuencias de sus programas financieros
El Fondo Monetario admitió que debe mejorar sus acciones y prestar más atención a las implicaciones de crecimiento de los programas que acuerda con los países, y resultar “más sensible y realista a los aspectos sociales” y a sus consecuencias en la distribución del ingreso.
En un informe publicado este jueves por la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del FMI, que analizó los programas otorgados a países de diferentes regiones desde el 2008 al 2020 -la Argentina no se encuentra incluida en la lista-, se reconoció que aumentó su atención al crecimiento de los países en el diseño de sus programas.
Pero a la vez el informe, citado por la agencia de noticias Télam, efectuó una serie de recomendaciones para considerar más acciones en este sentido al acordar los programas de financiamiento. “A pesar de la creciente atención del FMI al crecimiento debería considerar un número de acciones para mejorar aún más la capacidad de los países en que se ejecutan programas para mantener la actividad, mientras se realizan los ajustes necesarios” durante el período de vigencia de cada acuerdo, se planteó.
Pero también se llama la atención con la necesidad de sostener la atención de los funcionarios del Fondo en que se generen las condiciones para “mejorar las perspectivas de crecimiento más allá del programa”. Dicha dependencia se expresó así, al referirse a los programas de crédito que otorga el FMI, que generalmente llevan a medidas de ajuste para corregir desequilibrios macroeconómicos.
El Fondo Monetario admitió que debe mejorar sus acciones y prestar más atención a las implicaciones de crecimiento de los programas que acuerda con los países, y resultar “más sensible y realista a los aspectos sociales”
Entre las principales recomendaciónes, la Oficina expresó que “se debe prestar atención a las implicaciones para el crecimiento de los programas respaldados por el FMI- más completos, sistemáticos, realistas y sensibles a los aspectos sociales y a las consecuencias distributivas”.
El segundo eje de recomendaciones tiene que ver con que “los programas respaldados por el FMI deberían prestar mayor atención a apoyar más eficazmente reformas estructurales profundas, orientadas al crecimiento con un incentivo al desarrollo de capacidades y una más eficaz colaboración con socios en áreas ajenas al mandato básico y experiencia del FMI”.
Por último, el tercer eje de recomendaciones tiene que ver con que “el Fondo debería seguir invirtiendo en la creación de un conjunto de herramientas de modelos y monitores que puedan ser aplicados como base para el análisis de la relación ajuste-crecimiento y puedan seguir evaluando desarrollos relacionados con el crecimiento, en el contexto del programa”.
Fuente Infobae Economía