Jefatura Departamental de Policía celebró el día de su santo patrono San Sebastián
La cúpula policial departamental de Victoria, junto a parte del staff de la fuerza, acompañó en Basílica Nuestra Señora de Aránzazu, la misa a su santo patrono San Sebastián.
Hilda Sosa WWW.ENTRERIOSNOTICIAS.AR
Un santo francés de nombre San Sebastián es el patrono de la fuerza policial entrerriana, santo éste que abrazara con absoluto compromiso la tarea militar que le definía, amén de su defensa a los perseguidos cristianos de la época del Imperio Romano, días aquellos que atravesaron y definieron su vida hasta su muerte por orden de uno de los emperadores que sellaron la historia del viejo continente.
En Victoria, la misa central de Basílica Nuestra Señora de Aránzazu fue el lugar donde parte del staff de Jefatura Departamental, encabezado por el Jefe Departamental Comisario Inspector Martín Tello y el subjefe Comisario Inspector Roberto Donda, rindieron el pertinente homenaje a su santo patrono.
El Padre Milton Senestrari que concelebró la Santa Misa junto al Padre ELías Musse, realizó una bendición al cuerpo de Jefatura Departamental de Policía a allí presente. (Video)
En su homilía, el Padre Senestrari, quien destacó que tanto su padre como su abuelo son retirados de la Policía de Entre Ríos, habló del servicio, de la inclusión, del amor a Dios, pero sobre todo expuso la figura e historia que define a San Sebastián, desde su costado crstiano.
«San Sebastián descubrió el amor a Jesús y lo hizo carne en su vida…le pedimos a San Sebastián por la policía de la provincia y el modo de vivir el servicio de seguridad». (audio) l
¿Quién fue San Sebastián? ¿cuál es su historia?
Nació en Narbona (entonces parte del Imperio Romano, actualmente Francia) en el año 256, pero se educó en Milán.
Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios paganos por considerarlos idolatría, como cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitando y alentando a otros cristianos encarcelados por causa de su religión.
El Emperador Diocleciano, quien – desconociendo que era cristiano – llegó a nombrarlo Jefe de la primera cohorte de la guardia pretoriana imperial.
Fue descubierto ayudando a los cristianos y por ese motivo condenado a muerte. Fue llevado al estadio, lo despojaron de su vestimenta, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de flechas, dándolo por muerto.
Sin embargo, sus amigos se acercaron y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene, que lo mantuvo escondido hasta que se restableció de sus heridas.
Luego, se presentó ante el Emperador y éste, desconcertado, le reprochó su conducta por ayudar a los cristianos. Finalmente fue azotado hasta morir.
Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre San Sebastián. Murió en el año 288.