Rincón de las Efemérides

Un día como hoy el estadounidense Bill Clinton se exponía en el Caso Mónica Lewinsky

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El 19 de diciembre de 1998, la Cámara de Representantes de EEUU decide por mayoría someter al presidente Bill Clinton a un proceso de destitución (impeachment) ante el Senado, por perjurio y obstrucción a la Justicia en el «caso Mónica Lewinsky».

Fue uno de los hechos político sexuales que sacudieron al ex presidente de los Estados Unidos. Para entonces, el ex mandatario tenía 49 años y la empleada 22.

El escándalo sexual entre el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton y Mónica Lewinsky fue motivo de burlas en todo el mundo y quedó en la historia de la política presidencial norteamericana. Hoy, se cumplen 23 años del día en el que Clinton -presionado por la prensa mundial y su esposa, Hillary Clinton- desmintió públicamente haber tenido relaciones sexuales con la entonces empleada becada de la Casa Blanca. El caso tuvo tanto impacto en la opinión pública estadounidense, que adquirió una infinidad de nombres como “Monicagate”, “Lewinskygate”, “Tailgate”, “Sexgate” y “Zippergate”.

El hecho ocurrió en 1998, cuando Clinton era jefe de Estado. Para entonces, tenía 49 años y estaba casado con Hillary. La pasante Mónica Lewinsky, de entonces 22 años, fue contratada en 1995 para trabajar como becaria en la Casa Blanca durante el primer periodo de su mandato presidencial. Durante esos años, la joven mantuvo una relación íntima con el ex presidente, que salió a la luz tras confesarle su amorío a una compañera laboral del Departamento de Defensa, Linda Tripp, quien grabó en secreto todas las conversaciones telefónicas y las difundió más tarde.

Cuando Tripp descubrió en enero de 1998 que Lewinsky había firmado una declaración jurada en la que defiende a Clinton en el caso de Paula Jones (quien lo demandó por acoso sexual cuando él era gobernador de Arkansas), ella entregó las cintas a Kenneth Starr, el consejero independiente que estaba investigando al ex presidente en otros asuntos como el Whitewater, los archivos del FBI de la Casa Blanca y la controversia de la oficina de viajes de la Casa Blanca. Las conversaciones revelaban detalles sexuales entre Mónica Lewinsky y Bill Clinton, las que finalmente llevaron al ex presidente a un juicio político, en el que declaró: “No hay una relación sexual, una relación sexual impropia o cualquier otro tipo de relación impropia”.

La noticia del escándalo apareció por primera vez el 17 de enero de 1998, en la web de noticias Drudge Report, el cual informó que los editores del semanario Newsweek estaban trabajando en una historia del periodista de investigación Michael Isikoff que exponía el romance. La historia se publicó el 21 de enero en The Washington Post y se mantuvo en los medios durante varios días y, a pesar de las rápidas negativas de Clinton, el clamor por respuestas de la Casa Blanca se hizo más fuerte.

El 26 de enero, Clinton, junto a su esposa, se vio obligado a dar una conferencia de prensa en la Casa Blanca negando los hechos: “Ahora, tengo que regresar a trabajar en mi discurso del estado de la Unión. Ya trabajé en él hasta bastante tarde anoche. Pero quiero decirle una cosa al pueblo americano. Quiero que me escuchen; voy a decirlo de nuevo: no tuve relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky. Yo nunca le dije a nadie que mintiera, ni una sola vez. Nunca. Estas alegaciones son falsas. Y ahora necesito volver a trabajar para el pueblo americano. Gracias”.

26 de enero de 1998, Clinton desmiente en una conferencia de prensa haber tenido sexo con la joven.
Pese a la dimensión del escándalo, Hillary Clinton continuó apoyando a su esposo. De hecho, el 27 de enero, en su aparición en el magazine Today de la cadena NBC señaló: “La gran historia aquí para cualquiera que quiera investigar y escribir sobre ella y explicarla es esta vasta conspiración de la derecha que ha estado conspirando contra mi marido desde el día que anunció su candidatura para presidente”.

El polémico vestido azul de Lewinsky
El 28 de julio de 1998, Lewinsky recibió la inmunidad procesal a cambio de testificar ante el gran jurado sobre su relación con Clinton. Bajo estas circunstancias, la joven Lewinsky entregó un vestido azul manchado con semen (pues Linda Tripp la había animado a guardarlo sin lavarlo), aportando así pruebas inequívocas de ADN que podían demostrar la relación a pesar de las negativas del expresidente. Finalmente, Clinton admitió en un testimonio grabado ante el gran jurado el 17 de agosto de 1998 que había tenido una “relación física inapropiada” con la becaria. Esa tarde, dio un discurso televisado en el que reconocía esto mismo.

Mónica Lewinsky: «El precio de la vergüenza»

Lewinsky declaró haber tenido encuentros sexuales con Bill Clinton en nueve ocasiones entre noviembre de 1995 y marzo de 1997. En abril de 1996, los superiores de Lewinsky la reubicaron laboralmente en el Pentágono, porque sentían que estaba pasando demasiado tiempo con Clinton. De acuerdo con su autobiografía, en 1997 la Casa Blanca pidió al entonces embajador de Naciones Unidas Bill Richardson entrevistar a Lewinsky para un trabajo en la ONU. Sin embargo, ella rechazó el puesto. Según la revista política American Spectator, Richardson sabía más sobre el romance de Lewinsky que lo que declaró ante el gran jurado.

En su testimonio para el caso Jones, Clinton negó haber tenido relaciones sexuales con Lewinsky. Basado en la prueba provista por Tripp, el vestido azul con el semen de Clinton, Starr concluyó que el juramento testimonial del presidente era falso y cometía perjurio.

Durante su declaración jurada, se le preguntó: “¿Ha tenido usted relaciones sexuales con Mónica Lewinsky, tal y como se define ese término en la Prueba número 1?”, a lo que Clinton contestó: “Nunca he tenido relaciones sexuales con Mónica Lewinsky.” Sin embargo, tiempo después dijo otra cosa: “Pensé que la definición incluía cualquier actividad [de mi parte], en la que [yo] era el actor y entraba en contacto con aquellas partes del cuerpo” que habían sido explícitamente enumeradas, y “con intención de satisfacer o despertar el deseo sexual de cualquier persona”. En otras palabras, Clinton negó que él hubiese tenido contacto con “los genitales, el ano, la ingle, los senos, la cara interna del muslo o las nalgas” de Lewinsky, y efectivamente declaró que la definición acordada de “relaciones sexuales” incluían dar sexo oral, pero excluía recibirlo.

Dos meses después de que el Senado lo absolviera del proceso de impeachment iniciado, el presidente Clinton fue condenado por desacato por dar falso testimonio sobre su relación sexual con Lewinsky, por lo que fue multado con 90 000 dólares. El ex mandatario se negó a recurrir esta decisión aduciendo problemas financieros y mantuvo públicamente que su testimonio se ajustaba a la definición elegida de relaciones sexuales. La condena también suspendió su licencia para ejercer la abogacía por cinco años.

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“Es hora de quemar la boina y enterrar el vestido azul”, escribió en su primer texto sobre su romance de la década de 1990 con el entonces presidente de Estados Unidos.
“Yo misma lamento profundamente lo que pasó entre el presidente Clinton y yo. Déjenme repetirlo: Yo misma lamento profundamente lo ocurrido”.
“Cierto, mi jefe se aprovechó de mí, pero yo siempre me mantendré firme en este aspecto: fue una relación consensuada. Cualquier ‘abuso’ ocurrió después, cuando me usaron como chivo expiatorio para proteger su poderosa posición”.

(Fuente TN)

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