El FMI aprobó la tercera revisión del programa con la Argentina
El Gobierno y el Fondo Monetario ponen foco en las metas de fin de año y volverán a reunirse en marzo
El organismo entrará en receso tras aprobar el último desembolso del 2022. El equipo económico necesitará acumular USD 5.000 milllones de reservas la semana próxima y no exceder el 2,5% del PBI de déficit
En el último comunicado que emitió la delegación del FMI que se reunió con funcionarios argentinos, se informó que fueron alcanzadas las metas que conforman la columna vertebral del programa económico: reducción del déficit, acumulación de reservas y tope a la emisión monetaria del Banco Central para financiar al Tesoro. La más crítica era la de acopio de divisas en el BCRA y que contó para su cumplimiento con la ayuda de la primera edición del dólar soja, que durante diciembre experimenta su segunda versión.
“La prudente gestión macroeconómica y los esfuerzos para movilizar financiamiento externo están respaldando la estabilidad macroeconómica -se está restableciendo el orden fiscal, moderando la inflación, mejorando la balanza comercial y fortaleciendo la cobertura de reservas. La implementación continua y decisiva de políticas sigue siendo esencial para reducir aún más los desequilibrios macroeconómicos, especialmente en el marco de un contexto externo e interno más desafiante. Los objetivos del programa permanecen sin cambios durante el resto de 2022 y 2023″, señaló el FMI en un documento hace veinte días.
Otra cara de la discusión del directorio estuvo relacionada a cómo se perfila el cumplimiento de las últimas metas del año, aquellas que tienen como fecha de corte el 31 de diciembre.
El FMI desaconsejó al Gobierno repetir el dólar soja y aumentar el gasto por las elecciones. El informe técnico del staff del organismo remarcó que las medidas de los últimos meses estabilizaron la economía pero remarcó que la situación continúa siendo “frágil”. El Fondo espera una inflación de 3,5% mensual a fin de 2023
El objetivo de acumulación de reservas en el BCRA deberá ser de al menos USD 5.000 millones. El ministro de Economía Sergio Massa planteó la semana pasada que el número neto quedaría a fin de diciembre en los USD 7.000 millones por la aceleración de liquidación del agro por el dólar soja y un swap con China que otorgará una porción para libre disponibilidad.
Por su parte, el techo nominal de déficit que acordaron la Casa Rosada y el Fondo Monetario es de 2,015 billones de pesos (equivalente a 2,5% del PBI), por lo que el margen para ensanchar el rojo fiscal para el último mes del año ronda los $562.000 millones tras el resultado fiscal de noviembre. Las últimas semanas del año suelen venir acompañadas de una aceleración del gasto público, entre el pago de aguinaldos para el sector público y el tramo final de ejecución de obra pública.
La meta de tope a la emisión monetaria para financiar al Tesoro aparece, con los números actuales, con luz verde de cara al cierre del año. Ese techo establecido con el FMI es de $654.000 millones, y hasta fines de noviembre el acumulado era de $620.051 millones, con lo cual todavía habría un margen, leve, de casi $34.000 millones, según estimaciones de PxQ.
Desde el equipo económico resaltaron el estricto cumplimiento de las metas del tercer trimestre a la vez que aseguraron que “está encaminado” el cumplimiento de las metas del cuarto trimestre, “a pesar de los impactos finales negativos producidos por la guerra de Ucrania”.
En su último comunicado, el Fondo consideró que más allá del cumplimiento de las metas “la situación macroeconómica continúa siendo delicada: “La inflación se está moderando (aunque desde niveles altos) y la balanza comercial está mejorando, en gran parte debido a una desaceleración apropiada de la demanda interna y las importaciones. (…) Se han logrado avances, no obstante, las condiciones macroeconómicas son aun frágiles y una sólida implementación del programa es esencial a futuro”.
“En particular, será fundamental continuar con el proceso de consolidación fiscal que prevé una reducción del déficit fiscal primario del 2,5% del PIB en 2022 al 1,9% del PIB en 2023. Esto debe estar respaldado por esfuerzos para seguir movilizando ingresos, fortalecer controles de gastos, y mejorar de manera oportuna la focalización de los subsidios y la asistencia social, al tiempo que proporciona espacio para el gasto social y de infraestructura”, concluyó.