El Quinto Cuartel festejó el día de su patrono San Benito

Cada 11 de julio, el santoral católico celebra en todo el mundo a San Benito de Nursia, Santo Patrono de Europa y fundador de la Orden Benedictina; figura eclesial ésta, que preside en estampa y nombre a la Abadía del Niño Dios, ubicada en la ciudad de Victoria, perteneciente a nuestra diócesis.
Específicamente en la ciudad de Las Siete Colinas, el Quinto Cuartel, sostiene su idiosincrasia desde el año 1964, cuando se construyera y creara, desde su capilla, que tiene como su patrono a San Benito.
Desde ENTRERIOSNOTICIAS.AR, nos acercamos este domingo 11 de julio, al icónico lugar; donde dialogamos con Hilda Rossi, coordinadora del plantel de catequistas de la capilla; quien no sólo nos habló de la significancia del día y sus pertinentes y atípicos festejos, enmarcados por la pandemia; sino también de los orígenes de este espacio tan concurrido por la feligresía de dicha localidad. (VIDEO)
Algo sobre San Benito
Nacido en el municipio italiano de Nursia (Perugia) en torno al 480 d.C, San Benito fue definido por el ex Papa San Gregorio Magno como “un astro luminoso” en una época marcada por una grave crisis de valores.
Procedente de una familia noble, fue enviado a Roma por sus padres para asegurarle una adecuada formación, pero allí quedó perturbado por una tremenda crisis de valores y de instituciones, provocada por el final del Imperio Romano, por lo que decidió abandonar la ciudad. Tras vivir en soledad en una cueva, se dirigió a Montecasino (a alrededor de 130 kilómetros de Roma), donde entre las ruinas de una antigua acrópolis pagana construyó su primera abadía.
A San Benito se le atribuyen varios milagros. El más importante: la escritura de una regla para sus monjes, conocida luego como la «Santa Regla». Escrita alrededor del 530 (d.C), es un manual y código de oración para la vida monacal.
«El Santo exhorta a los monjes a inclinar ‘el oído del corazón’ y a ‘no desesperar jamás de la misericordia de Dios’. Su intuición se volvió una luz no sólo para el monaquismo mismo, sino que fue sobre todo una esperanza providencial para pobres y peregrinos y, por lo tanto, para volver a levantar el destino de Europa», explican desde Vatican News, el servicio de noticias del Vaticano.
«La ociosidad -escribe San Benito en la Regla- es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos a unas horas en el trabajo manual, y a otras, en la lectura divina”.