Economía

UCA: Expertos debatieron acerca de la dolarización

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La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA), en conjunto con el Independent Institute y la Fundación Atlas, llevaron a cabo la jornada “Dolarización: ¿Una solución para la economía argentina?”. La actividad se realizó el 31 de octubre en el Campus Puerto Madero de manera híbrida, y contó con la participación de expertos tanto nacionales como internacionales en el tema, quienes expusieron en distintos paneles. La apertura de la charla estuvo a cargo del decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA, Carlos Newland.

“La dolarización es deseable y factible”, aseguró el economista estadounidense Steve Hanke, profesor de economía aplicada en John Hopkings University, investigador asociado en Independent Institute y ex asesor de Carlos Menem en los años 90, y agregó “cualquier argumento en contra de la dolarización es una interpretación distorsionada y errónea”. Defensor histórico de la eliminación del Banco Central, se refirió a las mayores crisis que atravesó la Argentina y catalogó a la situación actual como una en proceso: según sus cálculos, la tasa inflacionaria se encuentra en un 244% anual, lo que llevará a una recesión a fin de año.

Además, estableció dos factores claves que llevaron al fracaso de las distintas propuestas económicas presentadas para salir adelante a través de los años: el peronismo, al que catalogó como una “economía fascista con características argentinas” y la anomia económica, causada principalmente por los distintos problemas constitucionales de control de presupuestario. En esta línea, hizo hincapié en la necesidad de una reforma en el Congreso para que se necesite una mayoría de dos tercios a la hora de tomar decisiones relacionadas al incremento de la deuda externa o a la creación de nuevos impuestos.

Asimismo, expresó que la razón por la cual la economía del gobierno de Carlos Menem estalló luego de diez años fue el sistema de leyes de convertibilidad, que contaba con grietas e ideas inconsistentes que permitieron la discrecionalidad en el Banco Central. Afirmó también que “la última daga” en el corazón de la convertibilidad fue clavada en el 2001 por el FMI al suspender su ayuda a pesar de estar cumpliendo con las condiciones planteadas.

“La dolarización no es un fin en sí mismo, sino un medio para llegar a otras cosas. Sin una moneda sana no hay calculo económico, no hay sistema de precio, oferta y demanda se desdibujan. La argentina, es una economía manejada por estúpidos que consiguen más votos”, expresó Gabriel Gasave, investigador de Independent Institute, quien también se refirió al importante rol, tiempo y dedicación que ocupa el dólar en nuestra vida diaria, producto de que seamos un país “sin moneda”.

“La soberanía pasa por preservar el fruto de nuestro trabajo y que un burócrata no nos lo derrita proponiendo estupideces cada semestre. Si se garantizaran los derechos de propiedad, no habría inconvenientes para utilizar el dólar como moneda. Si nuestras tiendas están vacías y nuestros bolsillos llenos de billetes no nos sirve de nada. El mundo fue hecho por gente que hizo cosas que nadie hacía. Tengamos audacia, usemos una moneda que realmente nos sirva de medio de intercambio”, reflexionó.

Pablo Arosemena Marriott, ministro de Economía de Ecuador, habló desde su experiencia: “El día que se anunció la dolarización, la economía estaba dolarizada extraoficialmente de forma orgánica. El ciudadano veía como día a día se le veía pulverizada su capacidad de poder de compra. 25000 sucres por dólar fue lo que le permitió hacer el encuadre con el Banco Central, hace 23 años”.

“La dolarización sacó la bruma, hizo que la gente pudiera limpiar los cristales de sus lentes. No causó que se pulverizara el valor del salario, sino que se aclarase el salario real. Además, ¿qué mejor que poder acumular en el tiempo el dinero que uno gana? La importante reducción de la inflación se logró de manera directa cuando meses antes de la dolarización estaba muy alta. Necesitamos lideres políticos que ejerzan un rol económico. Si bien el saldo neto de la dolarización es positivo, por sí sola no resuelve todos los problemas económicos”, advirtió.

Manuel Hinds, ex ministro de finanzas de El Salvador se refirió al proceso de dolarización en su país. “Las circunstancias eran diferentes que en Ecuador y en Argentina, no dolarizamos en crisis. Habíamos tenido una guerra civil, arreglamos los problemas de déficit fiscal, estabilizamos la economía y no devaluaos por una década, no había necesidad porque el Banco Central tenía prohibido financiar al gobierno y a los bancos”, contó.

“En países en desarrollo, normalmente las crisis financieras son crisis monetarias que se convierten en financieras porque el miedo a la devaluación llega a ser tan grande que empiezan a sacar el dinero de los bancos para convertirlos en dólares y llevárselos del país o meterlos abajo del colchón. «La gente le tiene más miedo a la devaluación a que quiebren los bancos, porque saben que el Banco Central no los va a dejar quebrar. Pero en un país dolarizado, ese miedo no existe. Decían que la próxima crisis El Salvador no iba a poder pagar, pero la pasamos tranquilamente. Sí es verdad que, si se produce una corrida en los bancos, hay que conseguir dólares afuera (no nos ha pasado), pero es la misma situación que los países que tienen sus pesos”, detalló.

A su vez, Emilio Ocampo, quien ocuparía la presidencia del BCRA en un eventual gobierno de Milei, sostuvo: “En vez de cuestionar la mejor forma de dolarizar se cuestiona la dolarización en sí. Y es algo inevitable pues la mayoría de los argentinos hemos optado por ella porque los políticos no han sabido cumplir con el mandato constitucional de proteger el valor de la moneda. Entonces, compramos dólares para protegernos del impuesto inflacionario no legislado que nos quiere imponer el poder político, y como consecuencia la economía se encuentra en una dolarización instantánea de facto, que limita la capacidad de los gobiernos para estabilizar la economía y genera muchísimos problemas”.

En esta línea, agregó: “Estamos en una situación donde la moneda más importante no es el peso, sino el dólar, que quintuplica en cantidad a los pesos emitidos por el sistema bancario. Para salir de esta situación, un esquema de caja de conversión como el que tuvimos en los noventa, los políticos pueden darlo vuelta fácilmente. Tenemos que tener un mecanismo menos vulnerable a los ataques del poder político, y el más efectivo es la dolarización. Estoy convencido de que serán necesarios más dólares para sostener un peso que nadie quiere, que para dolarizar”.

Por su parte, María Castiglione Cotter, profesora de la UCA, hizo una descripción de la situación económica actual y un balance de lo que implicaría una dolarización. “En cuanto a los pros, desaparece el riego/spread cambiario y el efecto de la devaluación esperada o efectiva sobre la dolarización, el fisco pierde la posibilidad de financiamiento monetario del déficit fiscal, y la inflación baja y tiende a acercarse a la internacional. Sin embargo, en el inicio hay inflación en dólares. Va a depender mucho de cuál es el grado de corrección de precios relativos, indexación de contratos vigentes, de ajuste de precios retrasado y el gran riesgo de atraso cambiario que genera esto y que después sea difícil de corregir ex post”, señaló.

“Si bien elimina una fuente importante de financiamiento de déficit, la dolarización no garantiza el equilibrio fiscal. El gobierno puede, como en los noventa, aumentar impuestos, lo que genera una reducción en la competitividad del sector privado. O bien, aumentar el financiamiento del mercado interno. También, como ya ocurrió, podrían emitirse cuasi monedas. Con lo cual, si la idea de los gobiernos no es realmente replantear el rol y el tamaño del Estado, cuál sería el gasto público y cómo financiarlo, podríamos caer en alguna de las cosas que acabo de mencionar”, sentenció.

Por último, el analista político Diego Dillenberger, compartió su punto de vista desde la disciplina que lo compete. “Yo creo que la Argentina no puede tener moneda, quedó claro a lo lago de muchas décadas que los políticos argentinos, parafraseando un poco a Milei, nos han estafado con sucesivas monedas. Sobre la dolarización se han dicho muchas cosas, pero ¿Por qué hablamos de dolarización si el Banco Central está fundido y no sabemos con exactitud cuántos dólares se necesitarían para dolarizar? En esta línea, Melconian expresó que una dolarización es invitar a alguien a comer fideos con tuco, pero sin tener ni fideos ni tuco. Y esta imposibilidad de dolarización que intentó vender fue una de las razones que dejó a Bullrich fuera del balotaje”, remarcó.

“Ahora, nosotros, los argentinos, tenemos un PBI completo en dólares, pero no así el Banco Central. En vez de atacar políticamente a Milei, Melconian podría haber propuesto una alternativa como ser una dolarización libre, en la que el gobierno promueva a los argentinos a sacar esos dólares y ponerlos en circulación. Por ejemplo, dar pequeños beneficios impositivos a quienes paguen sus obligaciones en dólares, que el gobierno luego puede usar para pagar sueldos docentes, entre otros”, sugirió.

Al cierre, desde la Facultad agradecieron a los presentes y resaltaron el nivel y la calidad de los distintos paneles sobre un tópico tan pertinente como lo es el de la dolarización.

(Fuente: publicación de área prensa UCA Universidad Católica Argentina)

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