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“El alquiler subió un trescientos por ciento más…fue difícil aceptar la condiciones leoninas del contrato”

Testimonio en primera persona de un matrimonio victoriense, Roxana Alonso y Sergio Jaime. El costo de hacer estudiar a los hijos fuera de la ciudad, en un presente de crisis inflacionaria..

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Hilda Sosa WWW.ENTRERIOSNOTICIAS.AR

Una realidad “argenta” la de este presente, que nos interpela y sacude a diario, donde nos atraviesan informaciones con alto tenor apocalíptico y marcada incertidumbre, todo al compás de un futuro que avanza sin miramientos.

Pero también enmarcada y definida por los tres pilares fundamentales que sostienen una nación, como lo son la justicia, la salud y la educación; siendo esta última la herramienta de rebeldía más grande de la que todo ser humano puede gozar y asi forjarse un futuro promisorio; transitándola a lo largo de su vida desde los niveles educativos, inicial, primario, secundario, terciario y/o universitario.

Amén de que claramente el acceso al nivel superior y el poder sostenerse en él, para el ciudadano de a pie, es el fiel reflejo de la crisis económica que impera y acucia.

Contexto el definido, donde la esperanza está delimitada por un presente económico nacional incierto, atravesado de manera implacable por una inflación feróz;, haciendo mella en consecuencia en muchos corazones, mientras van discurriendo ese camino de vida, emprendido oportunamente ya sea desde un claustro universitario o institutos superiores, que requieren para un gran porcentaje de estudiantes que son del interior del país, un costo importante mensual enmarcado por pagos de alquileres, cuotas, apuntes, libros, movimientos afines  y todo lo que implica esa vivencia estudiantil. (VIDEO)

Un testimonio en primera persona

Sergio y Roxana son padres de Joaquín, estudiante de la carrera de Arquitectura y de María Eugenia, estudiante de Terapia Ocupacional en la Universidad Nacional de Rosario , quienes son un claro testimonio que hace espejo en la realidad de muchos padres que se encuentran con hijos en edad universitaria.

“A finales de diciembre, antes de navidad nos avisaron desde la inmobiliaria que teníamos que entregar el departamento donde vivían los chicos y entregarlo el 31 de enero” comenzó Roxana, exponiendo luego que esa acción fue la punta de lanza de un intenso trajinar hasta poder conseguir otro, pero dejando en claro que tal situación los hizo encontrarse con una adversa situación de idas y venidas, en una realidad donde precisamente en este momento, el área inmobiliaria no está pasando su mejor momento.

De hecho, bien vale eponer el escenario imperante, donde la otrora Ley de Alquileres, fue oportunamente derogada por el DNU Decreto de Necesidad y Urgencia estipulado por el ejecutivo nacional; por lo cual a partir de esta norma los contratos de alquiler de vivienda, volvieron a regirse por el Código Civil y Comercial, con la particularidad que ahora las partes tienen libertad para hacer acuerdo, lo cual genera un mercado muy dispar y abusivo.

“Nadie nos quería alquilar, fue complicado buscar, además queríamos un departamento para nuestros hijos dentro de la misma zona en la que estaban; pero lo difícil fue que anduvimos bastante, no sólo porque nadie nos quería alquilar, sino porque todos querían vender los departamentos y pedían mucho dinero”, comentó Sergio, agregando luego que finalmente pudieron encontrar un departamento en el mismo edificio, si bien recalcó que fue difícil aceptar las condiciones “leoninas” del contrato, donde por ejemplo ahora el gasto de los impuestos que antes era compartido con el propietario, ahora va cien por ciento a cargo del locatario, contando además las exigencias en dólares de muchos.

“Hoy pagamos un trescientos por ciento más de lo que veníamos abonando”, destacando además en su relato que muchos conocidos con los que interactúan permanentemente y están en situación similar, pasaron por las mismas vicisitudes, donde el mercado inmobiliario está definido y sellado por altos importes.

Unidos hacemos fuerza

“Nosotros estábamos en permanente contacto con otros padres y nos informábamos de lo que cada uno iba viendo y así nos pasábamos datos, lo que a uno no le servía, sí podía ser para otro, fue como una red de contención, de contactos” enfatizó Roxana, trayendo a su relato, una situación ejemplificatoria, “en un momento a nosotros nos ofrecieron un monoambiente y tuvimos que desechar la oferta, ya que nuestros hijos son dos, pero sí le sirvió a otro matrimonio para su hijo, nos ayudamos entre todos”.

De hecho, ambos indicaron que hubo un momento en que pensaron en hacer una mudanza a Victoria y al consultar con la persona que realiza esa actividad, les comentó que en este último año, hizo varias mudanzas de estudiantes que otrora estaban radicados en Rosario por sus estudios y que habían decidido volverse y en algunos casos continuar desde Victoria, sin pagar alquiler y viajando semanalmente.

Vida universitaria…mucho más que un alquiler

Si de vida universitaria hablamos, el alquiler es sólo uno de los factores que la determinan, ya que es trasladar la vida diaria que uno hace en su ciudad natal, a una urbe, que requiere de otros menesteres y movimientos, amén de la comida y gastos pertinentes de los cursados y desarrollos de las carreras elegidas.

“Los chicos se llevan todo desde acá, hacemos una compra y repartimos o bien les enviamos mercadería” indicó Roxana, dando así un pantallazo de otro costado de la vida estudiantil fuera de la ciudad de origen, a lo que Sergio agregó “consiguieron el pasaje urbano gratis y en cuanto al interurbano, los descuentos tardan en efectivizarse, pero hay que andar y moverse”.

“A mi hijo Joaquín, que necesita por su carrera una notebook con un procesador muy potente, se le rompió y se está arreglando por ahora con una más chica, porque hoy en día es imposible pensar en sacar un crédito para comprar una nueva, ya que las cuotas son impagables, en un escenario de desvalorización del dinero, creo que si de una nueva estaríamos hablando, tendríamos que pensar en dos millones y medio” sentenció.

-Ustedes son ambos docentes jubilados y municipal, con un ingreso seguro, lo que hace que puedan organizarse bien, a pesar de la situación económica. ¿Eso aminora la preocupación?

-Sí es cierto somos docentes jubilados, pero con sus limitaciones, porque un sueldo no llega a los treinta días, no alcanza, entonces siempre tenemos que prevenir qué más necesitan, además de seguir viviendo nosotros con nuestras cosas y gastos, pero de todas maneras en nuestro caso lo podemos solventar gracias a Dios, quizás dejando algunas cosas de lado. Además hay que buscar la forma, buscamos las promociones por ejemplo en internet o bajar los gigas de los celulares, siempre hay que relegar, pero sobre todo, además de ésto, también es cuidar y rezar para que no se vayan a enfermar.

-¿Cómo se manejan como padres con la situación que interpela a Rosario por estas horas con el tema seguridad?

-Es una situación difícil, Joaquín hace siete años que está allá y siempre hubo situaciones de violencia. Rosario siempre fue una ciudad violenta. Ya había mucho de eso antes del boom periodístico de ahora. Ellos mismos lo viven de otra manera, muchas veces nos dicen, nosotros no sentimos ni vemos tanto de lo que dicen acá, la gente sigue viviendo.

Párrafo aparte, Roxana y Sergio indicaron al unísono que respecto de la tendencia de emigrar y buscar un futuro en otro país, nunca se los inculcaron y que prácticamente es un tema que jamás se ha hablado dentro del seno familiar; pero sí han intercambiado opiniones respecto de volver a Victoria con un título para trabajar.

“La madre quiere que vengan, pero viendo la realidad me parece que Victoria no les presenta un panorama laboral con expectativas, como sí las tiene Rosario, de todas formas ellos lo decidirán cuando sean profesionales” dijo contundente Sergio.

“La mejor herencia que les podemos dejar es el estudio, es la oportunidad que tienen y no la están desperdiciando” finalizó Roxana, exponiendo con orgullo su reconocimiento materno a la responsabilidad y compromiso que define el camino que vienen realizando sus hijos María Eugania y Joaquín, en cuanto a sus pertinentes carreras universitarias.

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