Política

«El camino es más esfuerzo individual, más libertad…» Ricardo López Murphy sobre las palabras de CFK

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Este lunes, Cristina Kirchner cerró el plenario de la CTA en el Parque de la Estación, en Avellaneda, donde apuntó contra el Banco Central, la AFIP y el ministerio de Producción, a la vez que denunció un festival de importaciones, amén de haber tratado de «criminal», el endeudamiento externo, responsabilizando a la anterior gestión. (ver al pie del twitt)

Aquello, despertó las críticas de la oposición, siendo uno de esos casos, el del legislador Ricardo López Murphy, a través de sus redes sociales, «La Vicepresidenta está enamorada del Estado porque es adicta al poder. ¿A quién se le puede ocurrir que la solución es más Estado?…El camino es más esfuerzo individual, más libertad y un Estado que no demonice al argentino que produce», indicó.

Algo sobre el discurso de CFK

En el acto de este lunes en Avellaneda, CFK aseguró que el déficit fiscal no es la causa de la inflación desmedida que sufre la Argentina en la actualidad. Justamente lo contrario a lo que cree el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien entiende que hay que ir reduciendo el déficit lentamente porque sino la gestión se vuelve inviable.

Apuntó contra la estructura de poder de Alberto Fernández y se desligó del rumbo económico…entre otras muchas cosas

«El estado es imprescindible», indicó, haciendo mención a tres grandes crisis contemporáneas:

-Primer gran crisis, la del 2008, el mundo se desplomó (recordó la 125), provocada por el mercado, el sector privado financiero.

-Segunda crisis, la del 2009 en salud con la gripe, cuando Juan Manzur vino como Ministro de Salud, en lugar de Graciela Ocaña; recondujo la crisis sanitaria de ese momento, expresó la vicepresidenta.

-Crisis de pandemia, donde fue el estado el que salió a hacerse cargo de todo.

“Este proceso inflacionario es consecuencia del endeudamiento criminal del macrismo”, aseguró en uno de los pasajes más efusivos de su discurso. Y siguió: “Cada vez que el país se endeuda en dólares, la economía bimonetaria hace estallar el país por los aires”. Las críticas fueron consecutivas y abrumadoras. Hubo para todos. Implícitas y explícitas.

En otro pasaje de su intervención se refirió a la reducción de los planes sociales durante su gestión y resaltó la figura del ex ministro de Trabajo Carlos Tomada. Irónicamente dijo, en reiteradas oportunidades, que fue un gran ministro. La intención fue clara. Marcar la contracara del ministro actual, Claudio Moroni, uno de los más cercanos al Presidente y apuntado por CFK como uno de los “funcionarios que no funcionan”.

Fue ligado a ese tema que afirmó que el gobierno nacional no puede tercerizar más la adjudicación de los planes sociales, como lo hace el ministerio de Desarrollo Social hasta ahora, dándole a cada agrupación una determinada cantidad. La crítica fue enviada al Movimiento Evita que conducen Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro.

“Si Evita los viera”, sostuvo volviendo a aferrarse a la ironía como una estrategia para comunicar y cuestionar en la misma cantidad de segundos. Una vez concluido el acto, uno kirchnerista paladar negro sentenció: “Pérsico no les da planes a las agrupaciones kirchneristas, pero les da al Evita para hacerle la interna a Cristina y al Polo Obrero, que quieren voltear el Gobierno”.

En Avellaneda el acto tuvo una impronta electoral muy clara. Cristina habló en más de una oportunidad del 2023 y de la necesidad de que el Presidente y el Gabinete “agarren la lapicera” para caer sobre las empresas que son parte de un “festival de importaciones” y, en consecuencia, que generan una enorme salida de dólares del país. Hablo del pasado, como siempre, pero mucho del futuro.

Más allá de las duras críticas a la gestión económica del gobierno nacional, quiso dejar en claro que no tiene voluntad de romper la coalición. No solo no lo hará, sino que cree que la discusión se tiene que dar levantando la voz, como lo hizo ella, pero sin generar la ruptura del espacio político por tensar demás.

“La unidad del Frente de Todos nunca estuvo ni estará en discusión”, afirmó. La frase retumbó en el predio La Estación, ubicado en Avellaneda, donde la CTA, conducida por Hugo Yasky, realizó un plenario. Fue, en verdad, una excusa para darle una plataforma política a la Vicepresidenta que, cada vez que habla, genera revuelo en la vida interna del Gobierno.

Durante su discurso Cristina nombró en tres oportunidades a Axel Kicillof, quien siguió todo el acto sentado en la primera fila del auditorio. Lo destacó política y económicamente. En este tiempo preelectoral las señales empiezan a leerse detrás de cada gesto. Las ausencias y las presencias, los nombres alabados y los más criticados. El gobernador de Buenos Aires tuvo un lugar destacado.

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