El seminario de Gualeguaychú continuará la preparación de vocaciones en Luján
El obispo diocesano Monseñor Héctor Luis Zordán, carta mediante, anunció el traslado al Seminario de Luján, de los seminaristas que actualmente se encuentra en el Seminario María Madre de la Iglesia en Gualeguaychú. Dialogamos con él.
Hilda Sosa WWW.ENTRERIOSNOTICIAS.AR
El obispo diocesano Monseñor Héctor Luis Zordán dio a conocer una publicación informando sobre el nuevo destino de los seminaristas que se encuentran en estos momentos discurriendo su vocación y formación, en el Seminario Diocesano «María, Madre de la Iglesia» perteneciente a la Diócesis de Gualeguaychú, ubicado en la misma ciudad. Aquel, será la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, así lo expresaba carta mediante Zordán. Noticia ésta que se dio a conocer en la tarde del viernes.
Antes de continuar, bien vale destacar que en caso de que en los próximos años se sumen vocaciones sacerdotales, el Seminario María Madre de la Iglesia, creado en 1982 por Monseñor Pedro Boxler, que tuvo sus primeros pasos en Abadía del Niño Dios en nuestra ciudad, abrirá sus puertas nuevamente.
«NO se cierra, se admiten ingresos»
En diálogo con ENTRERIOSNOTICIAS.AR, el obispo diocesano Monseñor Héctor Luis Zordán, hizo hincapié en que se admiten nuevas inscripciones de quienes decidan transitar sus vidas a través de un camino pastoral; sólo que por ahora, hasta una nueva decisión, el lugar de estudio para ser sacerdote, se realizará en el Seminario de Luján (Arquidiócesis de Mercedes).
“Yo no usé la palabra cierre en la carta, sino más bien digamos que la continuidad de la formación de los seminaristas se va a dar desde el año que viene en adelante hasta que veamos las cosas de otra manera en el Seminario Arquidiocesano de Luján (Mercedes) y justamente no usamos la palabra cierre porque no sabemos qué puede pasar en el futuro cuando cambien las circunstancias culturales, sociales, en nuestro tiempo que cambian se transforman tan rápidamente” enfatizó Zordán, agregando que la dimensión comunitaria de la formación es indispensable en el camino de estudio hacia el sacerdocio.
“El formarse con otros, es esencial en la formación de los sacerdotes, que tienen que ser constructores y generadores de comunidad y deben venir de esa experiencia comunitaria. Entonces nos pareció que el contacto, la interrelación personal con otras personas en los espacios de confrontación y debate son imprescindibles”.
En la misma línea discursiva, el obispo diocesano destacó que esta decisión se da en el marco de un proceso de secularización, entendida ésta como el paso de algo o alguien de una esfera religiosa a una civil o no teológica y a la consecuente disminución de vocaciones sacerdotales, “no solamente nuestra diócesis, sino en todo el país, en América y en el mundo occidental” indicó, teniendo en cuenta la también merma de vocaciones a la vida consagrada, de religiosas, de religiosos”.
Pero a la vez aclarando, “yo creo que no es que Dios no (6:58) siga llamando hoy como en otro tiempo, sino que me parece que estamos menos dispuestos a escuchar a Dios que llama”
Recalcó luego en su relato el permanente cambio dentro de la sociedad en diversas áreas que definen la esencia de la misma, por lo que creyeron conveniente hacer espejo buscando la mejor manera de aggiornarse a los tiempos que corren.
-¿Costó tomar la decisión, sobre este espacio que nación en la década del ochenta aquí en Victoria?
-Sí costó tomar la decisión, pero me parece que es interesante esta puntualización que haces, el paso por Victoria fue muy significativo y muy importante y dejó muy lindos recuerdos en tanta gente, ¿no? La presencia de los seminaristas entre los años 82 y 88. Costó mucho no sólo por el paso que hay que dar, sino porque el seminario es una institución significativa en la diócesis. Como yo pongo en mi carta, ésto de la formación de los sacerdotes es una de las preocupaciones más importantes del obispo.
-¿Cómo lo tomaron los seminaristas al anunciarles el cambio que se efectivizará el próximo año?
-Con una gran serenidad y eso me parece que es un signo de la presencia de Dios en este proceso. Los sacerdotes, los seminaristas, las familias de los seminaristas y cuando hemos conversado este tema con los seminaristas, que hace ya un mes o más, casi, lo recibieron bien. Ellos ya conocen el seminario de Mercedes Luján, porque cuando fue ordenado obispo Monseñor Mauricio Landra, tuvieron oportunidad de visitar el seminario, conocer a los seminaristas y a los formadores.
Rumbo a Luján
El obispo, subrayó en que el pertinente nombramiento que se realizara el año pasado como obispo de la Arquidiócesis de Mercedes del ex Rector del Seminario María Madre de la Iglesia Padre Mauricio Landra, fue de suma importancia y significancia en esta decisión.
“Si bien no fue determinante que el padre Mauricio se haya ido a Mercedes para dar este paso, sí nos abrió una puerta, nos hemos hermanado”; de hecho, comentó que oportunamente visitaron el seminario allí en Luján y les pareció un lugar apropiado para que los seminaristas de la Diócesis de Gualeguaychú, continúen allí.
Al finalizar, Zordán indicó que los seminaristas que serán trasladados a Luján en el 2025 serán:
-Alfonso Benítez (de Concepción del Uruguay)
-Bruno Galván (de Concepción del Uruguay)
-Diego Maciel (de la República Oriental del Uruguay, de la Diócesis de Tacuarembó)
Texto carta enviada a la diócesis por Monseñor Héctor Luis Zordán
A los fieles de la Iglesia en el sur entrerriano.
Queridos hermanos.
Como saben, la formación de los futuros sacerdotes es siempre una de las preocupaciones más importantes de cada obispo, compartida por su presbiterio, al mismo tiempo que involucra a todo el Pueblo de Dios (cfr. Código de Derecho Canónico, 233 § 1).
La intuición pastoral y el coraje apostólico de Mons. Pedro Boxler, acompañado por el clero de ese momento, dio inicio, en agosto de 1982, al Seminario diocesano, radicado primeramente en la Abadía del Niño Dios de la ciudad de Victoria, y luego –desde abril de 1988–, en la ciudad de San José de Gualeguaychú, llamándose “María Madre de la Iglesia”.
En estos más de cuarenta años, el Seminario formó esmeradamente a generaciones de sacerdotes para nuestra Diócesis; también, en un período de su historia, para la de Zárate-Campana y en la actualidad para la de Tacuarembó (R.O.U.). Sin lugar a dudas este centro formativo se ha ganado un lugar importante en el afecto de nuestra gente y en la estructura organizacional diocesana, configurándose verdaderamente como “el corazón de la Diócesis” (cfr. Optatam totius, nro. 5).
En las últimas décadas la cultura de nuestro pueblo y de la Iglesia ha cambiado radicalmente. En el presente nos toca afrontar retos exigentes, y sabemos que “los nuevos desafíos educativos exigen renovarse para hacer eficaz la misión” (discurso del Papa Francisco a los miembros de la Fundación “A Chance in Life”, 9.dic.2019).
Por otro lado, en la actualidad se ha reducido mucho el número de los aspirantes al ministerio sacerdotal en todas las diócesis del país, y la escasez de formandos en nuestro Seminario no nos permite ofrecerles una formación de la calidad que se requiere, sobre todo en la dimensión comunitaria, en el necesario intercambio y en la confrontación que hacen mucho más fecundo el aprendizaje.
En vista de esto, después de un largo proceso de discernimiento y maduración –que incluyó la oración, la confrontación de ideas, la búsqueda y evaluación de diversas posibilidades, la consulta al equipo de formadores, al Colegio de Consultores, al Consejo Presbiteral y a otras personas involucradas en esta misión–, hemos decidido pedir ayuda a la Iglesia diocesana de Mercedes-Luján para que, desde el comienzo del próximo año, nuestros seminaristas puedan continuar su formación –en las dimensiones humana, espiritual, pastoral y académica– en el seminario Santo Cura de Ars de aquella Arquidiócesis (cfr. Código de Derecho Canónico, 237 § 1). Consideramos que ese centro formativo ofrece las condiciones necesarias para continuar este proceso. Por nuestra parte, un sacerdote de nuestro clero será designado para acompañarlos y hacer de nexo con los formadores de aquel Seminario.
“Nos amó y se entregó por nosotros” (Ef 5,2)
Confiamos este paso que damos a María, Madre de la Iglesia, –bajo cuya protección continuamos poniendo a nuestros seminaristas–. Ella, que es “modelo de todas las vocaciones”, siga intercediendo por una mayor fecundidad vocacional en nuestra Iglesia diocesana.
Pido a Dios nos siga bendiciendo y los saludo cordialmente en el Señor.
Foto: staff de seminaristas durante la celebración patronal de Nuestra Señora de Aránzazu en 2023
(De izquierda a derecha, Valentín Betancour (será ordenado diácono el viernes 4 de octubre); Bruno Galván; Juan Pablo Grané (será ordenado el viernes 4 de octubre); Julián Núñez; Matías Aguirre (ex seminarista); Alfonso Benítez; Diego Maciel y Juan Pablo Martinolich (diácono)