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“En Molino Doll iba a dar clases en un sulky sentada en los tachos de leche” Marta Ruiz de Schifitto

Cada 11 de septiembre se celebra en la Argentina el Día del Maestro, en conmemoración al fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento en 1888. Desde ENTRERIOSNOTICIAS.AR dialogamos con la docente Marta Ruiz de Schifitto, de reconocida trayectoria áulica.

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Hilda Sosa WWW.ENTRERIOSNOTICIAS.AR

Marta Schifitto, maestra victoriense, esposa de Humberto Schifitto, madre de Leonardo y Adriana; abuela de Agustín, Lautaro, Leandro y Marlene y bisabuela de Vicente, Santino, Juan Hipólito y Constanza; una vida que habla no sólo de la vocación por la enseñanza, sino de su respeto y compromiso para con los demás.

Sus nueve décadas de vida hacen espejo en un andar docente donde el monte, la zona rural y otras circunstancias, definen su trayectoria áulica, que comenzara en el año 1953, cuando obtuviera su primera suplencia en la Escuela N° 48 Nicolás Avellaneda del primer cuartel de nuestra ciudad.

Luego llegó la primera titularización en el norte entrerriano, en Alcaráz Norte, Puerto La Paz, Escuela N° 36 Belisario Roldán, donde estuvo pocos meses, ya que por temas personales tuvo que pedir traslado, el que le concedieron pasando así a la Escuela N° 34 Martín Fierro de Molino Doll; lugar éste donde iba a cumplir su rol docente a pie, a caballo, en bicicleta y muchas otras veces en un sulky, sentada en los tachos de la leche.

En Molino Doll estuvo diez años, pasando luego por Chicas Sur a la Escuela N° 35 El Chimboraso, posteriormente a la Escuela N° 31 de Laguna del Pescado, para arribar posteriormente a la Escuela N°7 Esteban Echeverría. Finalizó su carrera docente desde tareas pasivas en las Escuela N° 1 Francisco Narciso de Laprida y en la entonces Escuela N° 17 Bernardino Rivadavia, jubilándose en 1988 y cerrando así una prolífica etapa de su vida.

En diálogo con ENTRERIOSNOTICIAS.AR expuso la incertidumbre que le embargó en sus inicios, “es difícil despegarse del hogar e ir a un lugar lejos, pero gracias a Dios cuando fui al norte de la provincia caí muy bien y tuve la suerte de hospedarme en una casa que me quedaba muy cerca de la escuela y teníamos en ese momento la estafeta, donde recibíamos las cartas, caminábamos muchos, incluso integré la comisión de la capilla del pueblo”.

Docente con vehículo a tracción de sangre

Cuando Marta relata su historia, le dedica un párrafo aparte a su vivencia en Molino Doll, “en esa época el colectivo nos dejaba en un bar, ubicado antes del puente y de ahí nosotros teníamos que de una u otra forma llegar a la escuela,  esperábamos los carros lecheros que nos llevaban sentadas en los tachos y si no los conseguíamos, teníamos que hacerlo a pie, luego con el tiempo yo me compré un sulky”, comentó, subrayando que caminaba dos leguas para llegar al establecimiento.

De su paso por Chilcas y Laguna del Pescado, tiene un muy buen recuerdo, de hecho el año pasado se reencontró con ex alumnos que la agasajaron en el festejo de un nuevo aniversario del establecimiento de Chicas, “mis ex alumnos venían con sus hijos a saludarme, fue muy emocionante, se sacaban fotos conmigo”.

En tanto de parte de la Escuela de Laguna del Pescado destacó la bondad no sólo del alumnado, sino de sus familias que siempre se acercaban a ella, “nos tratábamos mucho con las familias, de hecho nosotros recorríamos casa por casa”.

Asimismo, hizo el destaque de su paso por la Escuela N°7 Esteban Echeverría del Barrio Abadía, como preludio del fin de su carrera áulica.

Al finalizar, dejó un mensaje a las camadas de jóvenes maestras, “la docencia es algo muy lindo, yo con mis 90 años puedo decir que me llenó el corazón, tengo muchos recuerdos de haber recorrido lindos lugares, siempre con buena voluntad”.

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