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«Por favor dígame si lo escuchó arrepentirse…» Oliva Taleb siete años privada de su libertad por la dictadura militar

A 48 años del golpe militar que dejó profundas huellas en el sentir nacional; dialogamos con Oliva Cáceres de Taleb, diamantina radicada en Victoria. Un relato que vale la pena escuchar...(VIDEO ENTREVISTA AL PIE DEL TEXTO).

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Hilda Sosa WWW.ENTRERIOSNOTICIAS.AR

«…y tras haber curado tu alma, la salvarás de sus penas…» Pitágoras

Un otoño de la Ciudad Blanca entrerriana vio nacer a Oliva, quien trajo consigo el presagio de una vida que a mediana edad, la sorprendería al estar frente a frente con sicarios e impedida de su libertad.

Relato aquel duro y valiente, expuesto por ella misma al inicio del milenio en el libro de su autoría titulado «Mayoría de edad», donde allí entre versos y narraciones, desliza contundentes palabras…»comprobé que la humanidad en sus lógicas transformaciones ha sido víctima de los victimarios que ella misma engendra y admite crecer», manifestando así su difícil transitar vivido durante la dictadura militar, años en que las FF.AA apoyadas por civiles, ejecutaron un golpe de Estado en Argentina, autodenominado «Proceso de Reorganización Nacional», que permaneció hasta el 10 de diciembre de 1983.

Vivir para contarlo…24 de marzo 1976 / 29 de marzo 1982

«El 24 de marzo de 1976 descubrí que atrás quedaba una etapa marcada de ilusiones, candores e ingenuidades. También nacerían otros sentimientos, la angustia, la tristeza, la desesperanza. El no sé que siento se desnudó esa madrugada y al descubierto quedó el MIEDO».

Así describe Oliva en su libro, la madrugada en que intempestivamente contexto militar mediante, ingresaron a su casa y se la llevaron, viéndose obligada a dejar en la cuna a su hijo, de tres meses de vida, Gamal.

«Lo que recuerdo es la sorpresa de una irrupción militar que con el tiempo uno sabe que se produjo en miles de hogares en el pais» indicó, para luego si traer nuevamente a su memoria ese instante en el que se despidió de su hijo, por entonces bebé, «Gamal fue un hijo muy buscado y pareciera que al haberlo buscado tanto, a sus tres meses de gestación lo detuvieron a su papá y a los tres meses de haber nacido me detuvieron a mi»; subrayando luego que la existencia misma de su hijo convirtió aquel dolor discurrido en Devoto, Caseros, Sierra Chica y La Plata, en un gran compromiso a regresar bien.

«Fue muy duro, cuando estuve en Devoto éramos 1500 mujeres, ya que era la cárcel de concentración del país, escuché muchas historias que te hacen salir del ombligo y te han volver mas comprensiva, uno entiende el dolor y la crueldad ajena», sentenció.

Claramente la estadía allí de Oliva tenía que ver no sólo con su militancia, sino el contexto familiar-político que definía su presente; ya que su suegro era en esa época el primer mandatario municipal de Diamante, Neye Taleb y su padre el Secretario de Hacienda de dicha gestión, Mario Pablo Cáceres; pero tal circunstancia personal no hizo más que sembrar en ella un gran sentido de pertenencia, «era el lugar donde teníamos que estar, o estábamos de este lado o estábamos del otro», dijo enfática.

Algo que caló fuertemente en su corazón fueron las crueles palabras que le bramó uno de sus torturadores, quien al unísono de aquello verbalizó insultos en referencia a ella, su familia y descendencia; pero las vicisitudes de la vida, quisieron que hace un par de años aquel torturado al pedir prisión domiciliaria, el juez le consultó a Oliva, quien le dijo «por favor dígame si lo escuchó arrepentirse», haciendo referencia a los agravios que otrora le verbalizó.

Perdonar…

El poeta inglés Alexander Pope dio al mundo una célebre cita “errar es de humanos, perdonar es divino, rectificar es de sabios”; frase ésta que bien hace espejo en la postura que define a nuestra entrevistada.

«Es dificil la palabra perdonar, porque es como situarse en un lugar con poder, gracia o virtud…yo si hay algo que tengo, es el orgullo de decir que ninguno de nosotros tomó represalia por mano propia; incluso como docente tuve de alumnos a hijos de torturadores que jamás podrán decir que yo haya hecho algún reclamo» indicó, agregando luego que es católica, reza y va a la iglesia y que nunca olvida lo que le un día le dijo un sacerdote, «Oliva en los torturadores también hay un Cristo».

Si de legado hablamos, luego de escuchar «algo» de una historia de vida de siete años privados de libertad por una dictadura militar, el de Oliva a sus hijos y nietos es voráz e intenso, pero sobre todo la premisa de llevar siempre en sus vidas la verdad…¿será eso lo que selló el camino profesional de su hijo mayor Gamal Taleb, actual Fiscal Coordinador Jurisdicción Victoria, Gualeguay y Nogoyá, quien desde el vientre materno mamó aquellos días que lacraron una parte de la historia que nos marcó como nación?. (VIDEO)

Junto a su marido Jorge Taleb

Junto a uno de sus nietos, Beltrán

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